Muchas tardes
y noches somos testigos de la acumulación de bolsas de basura en nuestras
calles, en cualquier esquina, al lado de papeleras o alrededor de los contenedores.
Basura tanto de particulares como de establecimientos hosteleros.
Es notorio que
parte de la población del barrio no asume su responsabilidad individual para
que desaparezcan de la calle las bolsas de basura. Condición mínima necesaria,
aunque no suficiente, para avanzar de forma positiva en una gestión responsable
de los residuos en la Parte Vieja.
Pero en el
caso de la hostelería los hechos son aun más injustos, en la medida que el
sector tiene una recogida de basura específica, a la carta, selectiva, con
horarios y a la puerta del mismo negocio.
Establecimientos
que en algunos casos, además de no cumplir con su obligación en mantener limpio
el espacio ocupado por las terrazas cuando estas se retiran por la noche, muchas
noches, de madrugada, descargan ingentes cantidades de vidrio con total descaro
e impunidad.
Esta nueva denuncia
interpela por lo tanto a la ciudadanía y a la hostelería. Y refleja también un
incivismo que desde nuestra asociación nos sentimos en la obligación de hacerlo
denunciarlo públicamente.
Incivismo,
todo hay que decirlo, que decae cuando interviene con decisión la autoridad
municipal.
La cuestión
es que la limpieza general del barrio brilla por su ausencia.
Han pasado seis
meses desde que se constituyó el nuevo gobierno municipal sin que hasta la
fecha haya una propuesta efectiva para afrontar este problema. Problema que se está
multiplicando con los records de saturación turística que sufrimos y, que a
buen seguro, crecerá exponencialmente el próximo año con la Capitalidad
Cultural Donostia 2016, especialmente en la Parte Vieja.
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