2015/08/07

EL CORAJE DE UNAS MUJERES PARALIZA UNA OBRA ILEGAL


El 5 de agosto se ha vivido en la Parte Vieja otro episodio kafkiano, cuyos principales protagonistas han sido un grupo de mujeres decididas a impedir la colocación de una chimenea de la sidreria Donostiarra (Enbeltran, 5) en el patio comunitario que comparten las calles Enbeltran, Narrika y Boulevard con el Ayuntamiento.

La que fuera sidrería “Donostiarra” ha querido instalar una chimenea, a través de un agujero en la pared madianera, sacándola desde el local al patio comunitario para llevarla hasta arriba pegada a la fachada.

Pero gracias al coraje de estas mujeres se ha conseguido paralizar una obra que no se había notificado a las diferentes comunidades afectadas.

Aun así, el Ayuntamiento dio permiso para instalar la chimenea cuando, paradójicamente, tenía preparado un escrito de paralización de las obras en el interior del local por carecer de la pertinente licencia.

Por lo visto, a los actuales gestores del Ayuntamiento no debe importarles que semejante obra cuente con el visto bueno o no del vecindario.

Aun así, los propietarios de la sidrería montaron el andamio en el patio, casualmente, con el consentimiento de los establecimientos “Va Bene” y “La Muralla”.

El vecindario interpuso un interdicto en el juzgado pero por lo visto el juez todavía no les ha atendido. Temen que para cuando se decida algo la chimenea esté instalada.

Hay que tener en cuenta, además, que estas comunidades vecinales llevan litigando 15 años en los juzgados, a cuenta de la chimenea, con los anteriores propietarios.

Este episodio refleja claramente:

  1. O la impunidad “de facto” o la vista gorda o la falta de control sobre cantidad de obras sin licencia. Algunas de ellas –no todas, por desgracia- debido a las denuncias de nuestra asociación el Ayuntamiento ha tenido que paralizarlas: Ttun-Ttun, Ezpala, Elurra, antigua librería Lagun, etc.
  2. La indefensión legal en la que nos encontramos el vecindario ante situaciones de obras ilegales de locales en zonas comunitarias, frente a las cuales, el Ayuntamiento, dice no ser competente, obligando a interponer por la vía civil una denuncia judicial.







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